Desde el puerto histórico de San Sebastián, donde Colón avistó su última tierra antes de lanzarse al océano, te esperan dos rutas ciclistas que son pura aventura. La primera se adentra en el Barranco de La Laja, un oasis de palmeras y huertas que asciende entre casas tradicionales hasta llegar a las presas que guardan el agua de la cumbre. El camino nos lleva a los pies del Roque de Ojila, rodeado de imponentas formaciones volcánicas llamadas taparuchas. El ascenso se vuelve exigente, pero cada pedalada se transforma en recompensa cuando el paisaje te envuelve y la bajada se convierte en pura emoción .La segunda ruta es un viaje por el litoral hacia Puntallana, donde la bicicleta parece flotar sobre los acantilados. Tras dejar atrás la bahía escondida de Ávalos, el camino se abre hacia uno de los rincones más espectaculares de la isla: el domo de Aluce, una mole volcánica que vigila el océano. La aventura culmina en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, patrona de La Gomera, en un confín costero donde el tiempo parece detenerse.Ya sea buscando el reto del ascenso o dejándote llevar por la magia del mar y los acantilados, estas rutas son una forma única de sentir la isla: salvaje, auténtica y profundamente bella.